A las 12:00 horas se inició la masiva misa en la comuna de Vitacura
El cariño, la camaradería, la solidaridad, los testimonios de afecto y hasta la gratitud, de quienes lo conocieron o recibieron alguna vez de parte de él un apoyo o un consejo, se hicieron sentir con fuerza este jueves 19 de marzo, que será recordado por muchos como el día en que dijimos adiós a Cuto Abd el Kader, un grande de las motos, un grande de la vida.
Una calcomanía con el número 291, fondo verde, del enduro, se repartió entre las bancas de la Iglesia, su Iglesia (como ex alumno del Manquehue, el mismo Colegio del niño Felipe Cruzat, como recordó en su homilía el cura Percival), para que cada uno de nosotros tuviera un recuerdo -en la moto o en la camioneta- del número con que George dio los últimos mangazos a su moto todo terreno.
Sergio Kozak, Fernando Blait, Marco y Louis Abd el Kader cargando el féretro a la salida de la ceremonia religiosa
La idea de Sergio Kozak fue fantástica, al igual que la del ejecutivo de Imoto, Carlo del Canto, quien llegó hasta nuestra oficina por la mañana para decirnos que el número 291 no debería ser usado nunca más en el enduro, como una señal de la huella dejada por Abd el Kader después de todos los años de pasión que entregó al motociclismo. Que vaya el guante para la Federación, para la CONAEN y los clubes que la componen.
Marco Abd el Kader y su familia despiden al hermano que se va
Louis Abd el Kader recibe las condolencias de uno de los tantos amigos que tuvo en vida el Cuto
SU ÚLTIMA CARRERA
Tanto en la misa como en el camposanto estuvieron todos los que tenían que estar, más todos aquellos que lo recordaron a distancia o que se despidieron de él, de su cuerpo mortal, en día miércoles.
Su familia, mamá Viviene Peebles, su hijita Valentina, sus hermanos Marco, Paula y Louis (afectados y conmovidos), sus sobrinos, su novia Paula, su ex señora, además de parientes queridos que lo acompañaron.
Sus compañeros de colegio del Sagrados Corazones de Manquehue.
Y, por supuesto, un número increíble de amigos de trabajo y del ambiente motorizado, incluyendo pilotos de provincia que vinieron especialmente desde el norte y el sur.
Sería injusto nombrar a quienes vimos y saludamos, pues dejaríamos fuera del listado a muchísimos partners de carreras, paseos y aventuras.
Pero nos dio gusto ver, por ejemplo, a gente de la vieja guardia como Winston Colvin, Enrique Levalle, Erhard Kausell, Giorgio de Gavardo, Hernán Pérez, Pato Ojeda, Carlos Rosende; a un centenar de nombres del enduro, del motocross, de la velocidad. A dirigentes, empresarios de las motos, mecánicos; a sus amigotes de la serie Mayores de 35 –con los que competía periódicamente-; a pilotos de
George unió, en forma transversal, todo el arco de gente del motociclismo.
¡Y vaya que eso es un mérito!
Lo despedimos como correspondía y ahora quedan a lo menos dos tareas pendientes : Arrojar sus cenizas en el Fundo
¡Hasta siempre Cuto, amigo!
Vía |"S" Deportes